Reseña del libro "La Difícil Vida Fácil"
La difícil vida fácil contiene doce testimonios sobre la prostitución masculina en la España contemporánea. Por tratarse de experiencias que ocurren en este país europeo, en el libro hay claros matices relacionados con la migración, las relaciones desiguales entre países desarrollados y periferias económicas, las crisis económicas y el rostro menos amable del capitalismo sin límites ni sentido ético. No obstante, los testimonios reunidos pueden ser leídos con un vivo interés por lectores de Colombia o de cualquier otro lugar. Al leer estas conversaciones le pude dar otro sentido a mis propias experiencias con hombres que trabajan en la prostitución, diálogos menos metódicos y más esporádicos, donde sin embargo siempre termina por aparecer en ellos, los trabajadores del sexo, unas capas de valentía, inseguridad, miedo al futuro o a estar de más, rudeza y ternura, todo mezclado como corresponde a la naturaleza compleja del ser humano cuando se hace consciente de que ha sido arrojado al mundo y debe antes que nada valerse por si mismos. Ellos como nosotros, nosotros como ellos.Ya sea que se trate de chicos que llegan a Bogotá o a Medellín,procedentes de otras regiones del país, y siempre huyendo de alguna forma de violencia (que puede ser la del conflicto armado o la de un sistema económico inmisericorde que produce vidas desnudas y prescindibles), o de inmigrantes cubanos, venezolanos o de cualquier otra frontera, marcados siempre por orígenes precarios en un sentido, al mismo tiempo, económico y afectivo. Solo puedo corroborar, desde la experiencia, que existen en Colombia hombres cuya primera o única fuente de ingresos es el comercio de su propio cuerpo. Pero que son también mucho más que lo que hacen para ganarse la vida. Que son hijos, esposos, amantes, amigos. A veces víctimas de un conjunto de realidades sociales, pero no solo eso. Con el discurso de la víctima se pueden obtener réditos políticos pero rara vez se llega al corazón de una experiencia. Este libro sí que consigue llegar a ese centro afectivo, y ese un gran merito.
