Es la historia de una relación bilateral que no solo desafió al sentido común e incluso a la ideología, también se puede considerar como una de las más positivas y dinámicas entre Chile y España durante la segunda mitad del siglo xx, al menos hasta la redemocratización chilena a partir de 1990. Desde el final de la Guerra Civil el franquismo representó para la izquierda chilena la pervivencia del fascismo derrotado durante la Segunda Guerra Mundial. Esta imagen no era un secreto para nadie en