Este cautivante libro, parafraseando el título de uno de los capítulos del mismo, es un llamado a la aventura, aventura del escritor al volcarse a la titánica tarea, aventura para quien llegase a leer la obra, porque, ciertamente, es una propuesta que no abre una, sino cien puertas tanto al médico, al homeópata, como a la p ersona laica que tiene el deseo, la necesidad de ampliar su horizonte.