Casada con el prestigioso arqueólogo británico Max Mallowan, Agatha Christie tuvo la oportunidad de recorrer, en los años treinta del pasado siglo, todo Oriente Medio acompañando a su esposo en diversas campañas de excavaciones arqueológicas en Siria e Irak. Como dice la autora, esta obra es la respuesta a las innumerables preguntas que sus amistades le hacían acerca del tipo de vida que el matrimonio llevaba en esos extraños parajes.