"Todos tienen el mismo nombre" es un libro de cuentos sobre las relaciones posmodernas entre individuos premodernos. Directos, crudos, vertiginosos estos cuentos llevan a los lectores a la psiquis de la autora, a la piel y a veces al espíritu de sus personajes que por más que intentan diferenciarse se reducen a seres sensibles, con miedos y torpes para amar, por lo que la autora decide llamar a los protagonistas de cada historia, de la misma manera. Un lector acucioso podrá identificar cuando realmente se trata de la misma persona y cuándo se está refiriendo a la universalidad de las emociones y comportamientos de individuos en extremo básicos. Contados en primera persona la autora se desdobla para interpretar múltiples roles, inclusive el de uno de los personajes centrales, o simplemente es ella misma en distintos estados de consciencia, otro de los acertijos que le quedan al lector. De esta forma, estos cuentos están constantemente llamando al lector a participar con sus interpretaciones.