"Empecé a escribir este libro cuando empecé a vivir" dice Volnovich en el prologo dejando en claro, desde el comienzo, el tono intimo, casi privado, de sus textos. Así, y en perfecta armonía entre humor, sensibilidad y saber, Si; querida desgrana diversos episodios en los que las mujeres de su vida (madre, maestra, esposa, hija, nieta) marcaron de manera crucial sus recuerdos. También a modo de sincera confesión, sostiene: "Quizás las que encuentren a continuación sean solo reflexiones de un psicoanalista que además escribe cuentos en primera persona...pero lo cierto es que estas historias de mujeres se gestaron desde el fondo incomodo de mi condición de varón". El lector elegirá la definición que mas le plazca, tal vez incluso recorra sus propios recuerdos o piense en este libro cada vez que afirme, si es hombre, o escuche, si es mujer, la frase "Si, querida". Esa expresión que "bajo la apariencia de un sometimiento deja entrever su opuesto: una indoblegable rebeldía". Como conclusión, Volnovich propone un desafió: que los hombres y las mujeres del futuro desplieguen sus efectos con mayor libertad, deshaciéndolos de miedos y perjuicios ancestrales. Para lograrlo sugiere apelar al amor, a la calidez, a la sinceridad e invita a perderle el temor a la proximidad. A través de la mirada lucida y personal de un psicoanalista notable, Si, querida. El poder de los sometidos echa luz sobre el complejo del mundo del varón de nuestros días y ofrece herramientas confiables para orientarnos en su laberinto.