La ciudad de Santiago se extiende a lo largo y ancho del valle del río Mapocho, rodeada de altas montañas que se cubren de nieve en invierno. En sus protegidas faldas aún se conservan ejemplares de árboles nativos. Estas páginas lo recorren visualmente a través de sus obras arquitectónicas, desde la iglesia de San Francisco, el templo más antiguo hasta nuestros días.