Russ Meyer, creador de un universo absolutamente propio y personal, es un estilista del erotismo que escribe, produce, dirige, fotografía e, incluso, monta sus propias películas. Un autor que, pese a todos los intentos por frenarle, acallarle y menospreciarle, supo salir airoso y convertirse en un referente único dentro de la historia del cine erótico. Lo que ha hecho de él un cineasta totalmente original es que sus imágenes, lejos de caer en la ordinariez o en la obscenidad, están elaboradas con mucho gusto, mucho tacto y mucho arte. Y supo, además, romper el fino hilo que delimita el erotismo de la pornografía con un acertado y corrosivo sentido del humor.