tras la segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional llegó al consenso de que la prohibición de la tortura debía ser absoluta. La imposición deliberada de dolor físico o psicológico sobre un ser humano para extraer información o para castigar, por cualquier razón, recibió condena moral y repudio universal. Este libro reúne a varios especialistas que han trabajo en América Latina para compartir sus reflexiones, esperanzas y preocupaciones sobre los niveles en que el abuso de poder quebranta nuestras sociedades.