Las obras que se presentan en este volumen, de los alumnos de Escritura Dramática, en el tercer curso de su carrera de dramaturgia en la RESAD, han pretendido situarse en la órbita de la más rigurosa contemporaneidad, en una misma “conciencia de lo histórico”, que diría Kundera. Es su mérito. A partir de un concepto previo, Eros, cada uno ha elegido su forma – también su contenido – dentro de la contemporaneidad. La cuestión, dados los tiempos que corren, es si los receptores estarán a la altura de las circunstancias; es decir, si podrán alzarse hasta su órbita. La cultura – y el teatro es cultura – exige cultivo: para preguntarse y responderse sobre el ser humano y el conjunto de pautas, establecidas o por establecer, sobre el vivir y el morir.Ignacio Amestoy Egiguren Real escuela superior de arte dramático