Perderse, es la mejor manera de encontrarse, hacia fuera, desde dentro, descubriéndose por el camino de vuelta hacia uno mismo. A veces es necesario escribirse para encontrarse, encontrarse para entenderse, y entenderse para decirse algo. Las palabras te ayudan a decirte lo que tú no sabes; te ayudan a encontrar lo que has perdido, o lo que ni siquiera sabes que has tenido -porque a veces también se pierde lo que no se sabe que se tiene-. Y a veces, muchas veces, necesitas que las palabras vengan de fuera para encontrarlas dentro.