Todo el mundo habla de ella, pero nadie reflexiona en profundidad sobre este fenómeno. Los políticos, educadores, críticos hablan de ella y sobre todo la critican. Los niños la ven, pero los profesores no les preguntan qué ven. Los padres se sirven de ella sin ser capaces de poner unos límites. El hábito está adquirido: el televisor forma parte de nuestra vida, y la televisión es un instrumento muy atractivo