En la era neoliberal se consolida un mercado capitalista de la serenidad y el silencio que posibilita problematizaciones parciales delos nervios; problematizaciones funcionales al mantenimiento de las relaciones de dominacio?n asentadas en la raza, el ge?nero, la clase social, la edad, el idioma, la sexualidad, etc., que prueban que es posible hablar de los nervios sin los nervios, al menos, en apariencia. Asi?, en el campo poli?tico, aumentan los discursos preocupados por los estados nerviosos de la ciudadani?a y del mercado.Son, en su mayori?a, discursos sin referencias a las relaciones de poder que entran?an las situaciones en las que los nervios se hacen visibles, lo que permite la naturalizacio?n de una visio?n esencialista del nerviosismo, que facilita el sostenimiento de las situaciones de dominacio?n. En ese contexto, este ensayo trata de facilitar un marco interpretativo cri?tico con la ocultacio?n deliberada de los principios de visio?n y divisio?n del mundo que estructuran todo discurso acerca de los nervios. La frase «no te pongas nerviosa» sirvede punto de partida para experimentar con ese marco. Combinando las vivencias personales, las herramientas de la interseccionalidad y el contextualismo del Feminismo Negro, y los instrumentos comprensivos dela teori?a social bourdiana, en estas pa?ginas se ofrece un planteamiento orientado a entrenar la mirada cri?tica sobre cuestionesaparentemente «naturales», desvelar estructuras de poder y dar cabidaa posibles estrategias de desactivacio?n de la dominacio?n.