El nadir designa el punto más bajo en la órbita de un cuerpo celeste; en este libro queda sugerido en los temas de la muerte y la impermanencia, que hacen gravitar las distintas secciones de la obra hacia una percepción más oscura de la realidad y una expresión poética más incisiva. Elsa Cross ha tocado anteriormente estos temas en Moira (1992) y Los sueños. Elegías (Conaculta, 1999), y Nadir puede también apreciarse como un contraste a la luminosidad que caracteriza gran parte de su poesía, marcando otra estación en un periplo que sigue en pleno curso.
"Un libro que es una obra aparte dentro de la literatura de Elsa Cross donde lo perecedero, la muerte y lo insustancial quedan plasmados en hermosos versos."