A finales del S. XIX, el fantasma del intervencionismo en México aún se podría sentir. Por lo anterior, con el establecimiento de la Ley Extranjera y Naturalización del 2 de mayo de 1886, mejor conocida como la Ley Vallarta, definió quiénes eran mexicanos y quiénes extranjeros, y se intentó frenar la influencia de la población foránea en territorio nacional.