Eric Tabarly fue siempre un hombre ejemplar y de coraje. Ahora, trasdesaparecer el 14 de junio de 1998 durante una traves¡a a bordo delPen Duik en aguas del sudoeste del pa¡s de Gales, se ha convertido enuna autntica leyenda para todos los aficionados a la mar. Marino profesional, dedic¢ toda su vida al deporte de la vela, eintervino muy directamente en el dise¤o de sus propios barcos. Empez¢ a ser conocido fuera de su pa¡s natal, Francia, a ra¡z de suvictoria en la segunda regata transatl ntica en solitario. Poco antesde desaparecer publica Memorias de alta mar, el relato de cincuentaa¤os de dedicaci¢n y experiencia. Estas memorias no constituyen un relato m s sobre la competici¢n enalta mar, las maniobras de a bordo, la embestida de las olas, lasvicisitudes de m stiles y velas? Por primera vez, Tabarly, un hombrereservado, silencioso y taciturno por momentos, rompe su discreci¢nhabitual y decide hablar. Habla de su vida, de su infancia, de sus a¤os de aprendizaje. Explicasus experiencias en la Escuela Naval francesa, en Marruecos, enIndochina. Y sobre todo manifiesta su pasi¢n, £nica y absoluta, por un barco, el Pen Duik, para siempre ligado a su trayectoria personal.Inventor genial e infatigable, Tabarly le dio varios sucesores a suvelero: el Pen Duik II, con el cual obtuvo su primera gran victoria en 1964, el Pen Duik III, de casco de aluminio, el Pen Duik IV, elprimer trimar n de competici¢n, el Pen Duik V, el primero con lastre,y el Pen Duik VI, un extraordinario ketch de veintid¢s metros deeslora, construido para dar la la vuelta al mundo, y con el cual gan¢su segunda Transat en solitario en 1976. En estas p ginas van apareciendo j¢venes navegantes por aquel entonces desconocidos, que se formaron con l y que m s tarde se har¡antambin famosos: Colas, Coste, Lamazou, Poupon, Kersauson. Pero vuelve siempre a su viejo Pen Duik, milagrosamente conservado ycentenario en 1998. Lo que Tabarly no sab¡a es que el a¤o 1998 ser¡a tambin el a¤o de sudesaparici¢n en alta mar, y que su £ltimo libro ser¡an sus £ltimasmemorias, su testimonio definitivo a bordo de sus veleros, suscompa¤eros de vida.