La problemática de la relación entre el médico y su paciente surgió especialmente de manera aguda en Europa durante las primeras décadas del siglo XX, planteándose la necesidad de recuperar el sentido humano de la profesión médica. La autora de este indispensable libro explica cómo desde sus orígenes la Medicina poseía las dimensiones antropológicas y éticas de cuidado, socorro, protección, servicio y respeto, que constituyen los pilares sustanciales de toda relación médico-paciente. Asimismo pone de relieve que el éxito terapéutico depende en buena parte de la capacidad de comunicación y colaboración entre las víctimas de la enfermedad y los agentes de la medicina humanista.