n una época en la que las apelaciones al nosotros, sea el pueblo, la colectividad o la ciudadanía, son insistentes y necesarias, al igual que los intentos por dotar a este concepto de una eficacia política y una visibilidad estética, el pensamiento de Jean-Luc Nancy revela toda su vigencia y su capacidad sugestiva. Ha sido él el principal encargado de recordar que ese nosotros es en sí mismo portador de la alteridad. Sólo en una relación de llamada y de distancia respecto al otro puede decirse nosotros. Esto exige hacerse cargo de los riesgos que tiene que ese común desemboque en una comunidad identitaria. «Si hubiera comunidad (como principio y como fin), no habría ni política ni literatura (o bien, una u otra lo absorbería todo, el sujeto en el ciudadano o el ciudadano en el sujeto)», recuerda el filósofo en uno de los textos contenidos en este volumen. Los artículos que integran este libro pretenden recoger esa advertencia y pensar de la única manera posible el nosotros: desde el con y con los otros. Así se van configurando unos márgenes de «Jean-Luc Nancy» que proponen una praxis o lectura ajena a todo tipo de comunidad identitaria. Lo que reúne a sus autores no es, pues, la pertenencia a una determinada comunidad de lectores, especialistas o hermeneutas, sino el deseo de experimentar ese con, ese común, de manera abierta e incluyente. Y ello por medio de unos textos en los que, de la mano de Nancy, se plantean problemas filosóficos (estéticos, políticos, psicoanalíticos ) y que conforman lo que Nancy denomina una partición y compartición de las voces. El libro incluye dos textos de Jean-Luc Nancy hasta ahora inéditos en castellano, «En torno a la noción de la comunidad literaria» y «Ru?hren, Beru?hren, Aufruhr».