Tras Las viudas tenaces, el divertido cuento que abre este libro, protagonizado por un poeta melancólico y solterón, el lector irá descubriendo, casi siempre con un amago de sonrisa en la boca, a una fauna dispar de poetas extravagantes, novelistas en dique seco o cuentistas perplejos, habitantes todos de un extraño unive rso provinciano. Encargos literarios, curiosas tertulias de café, chocarreros premios