El arte, para Alejo Carpentier, es un componente esencial en la imbricación de los discursos que integran la poética de lo real maravilloso americano. El artista -y cualquier ser humano-, Carpentier, debe vencer dificultades que continuamente lo desafían y se ve obligado a recomenzar tareas, como en el conocido mito de Sísifo. El acto de creación concentra la energía necesaria para volver a empezar.