En La vida simplemente, Óscar Castro, nos describe con crudeza y realismo la vida cotidiana de una parte de la sociedad, la más desfavorecida, aquella que vive en la pobreza, la que debe diariamente subsistir, la que convive en los conventillos de la época. La precisa descripción de los personajes nos permite adentrarnos en la trama, vivir junto a Roberto, el protagonista, su infancia junto a sus amigos: el Tululo, el Chucurro y el Saucino; y su precoz ingreso a la adultez con Rosa Hortensia, una prostituta. Su inteligencia y gusto por la lectura le abrirán a Roberto nuevos caminos, pues logrará estudiar en el Instituto Marista, donde se enfrentará a un mundo totalmente diferente, experiencia que le permitirá valorar a su familia y lo hará conocer el amor con sus ilusiones y dolores.