Santiago Carrillo inició muy joven sus tareas de cronista parlamentario en las Cortes Constituyentes de la II República de 1931 a 1933 -de las que en este libro traza un retratoSantiago Carrillo inició muy joven sus tareas de cronista parlamentario en las Cortes Constituyentes de la II República de 1931 a 1933 -de las que en este libro traza un retrato magistral-, pero pronto se entregó en cuerpo y alma a la actividad política, en la que, ya desde sus comienzos, ocupó puestos de gran responsabilidad. Ello le permitió un conocimiento excepcional de figuras muy destacadas de la vida republicana, como Niceto Alcalá Zamora, Miguel Maura o Alejandro Lerroux, entre otros, o de los grandes líderes del Partido Socialista Obrero Español -en cuyas filas militaba-, como Indalecio Prieto o Largo Caballero. Nombrado miembro de la Junta de Defensa de Madrid en 1936, en las mismas fechas en que ingresa en el Partido Comunista de España, su dedicación total frente al asedio de que era víctima la capital de España -finalmente entregada por la capitulación del coronel Casado en convivencia con Julián Besteiro en 1939-, le convirtió en testigo y protagonista de hechos que forman ya un capítulo decisivo de la historia de España, jalonado por nombres como los de los generales José Miaja, Vicente Rojo o Juan Modesto -el general miliciano-. El libro incluye, asimismo, unos capítulos dedicados a los nacionalismos catalán y vasco y sus líderes emblemáticos -Lluís Companys y José Antonio Aguirre-, y ofrece una interpretación muy singular de la llamada tercera España y la figura de Jubán Zugazagoitia. Estas memorias tienen pues, el valor de los recuerdos, pero se enriquecen con las reflexiones serenas de quien, con el transcurso de los años, matiza hechos y personas, sopesa los pros y los contras y ofrece una versión ponderada y compleja de todo lo visto y vivido...