Charlie Swift le metió tres balazos a un oso polar muerto que se encontró en el garaje de su chica —de profesión taxidermista. Pero él es un pistolero de la jaula de los monos, y su facilidad para apretar el gatillo es algo natural. Lo cierto es que desde que se metió en la Autopista de Florida con un Chrysler en cuyo maletero viajaba un cadáver decapitado y se cargó poco después a cuatro policías, Charlie se ha metido hasta las cejas en el sórdido submundo que se extiende por toda la Florida Central. Por si tuviera pocos problemas, se empeña en aferrarse a ciertos documentos turbios que mucha gente quiere arrebatarle. Ahora que su jefe ha desaparecido y que sus compañeros caen como moscas, Charlie tiene una tarea prioritaria: sobrevivir. Y si además quiere quedarse con el dinero y con la chica, lo más normal es que termine perdiendo el juicio... Seleccionada para el Premio Edgar a la mejor opera prima del género policiaco en la edición de 2002, La jaula de los monos es un thriller negro más siniestro y más divertido que cualquiera de sus predecesores. Un mosaico vertiginoso y frenético en el que hay cabida para el ingenio, los personajes mafiosos, la violencia y la acción trepidante: una carrera a toda velocidad por el lado más tenebroso de la soleada Florida.