Cuentan que los dioses chinos permitieron que los animales fueran símbolos de años. Hicieron un llamado y los doce primeros que llegaron se adjudicaron las nominaciones. Entre ellos, el Caballo, que da el nombre al 2014 en el calendario chino. Es específicamente el año del Caballo de Madera. Hermoso animal. Dócil a veces, indómito otras, amable, laborioso. Y en esta ocasión, y con propiedad, duro, estable. Un horóscopo —lo sabemos los interesados en ellos— es un aporte en nuestra búsqueda personal, en la incertidumbre y las dudas. Y un complemento importante para los buscadores de su propia identidad interna. Pero este horóscopo tiene un plus. Está interpretado por el ancestrólogo Pedro Engel, un hombre sabio, mágico, que ama a las personas y que tiene la facultad de interpretar los símbolos de una manera propia y cargada de sentido. Cuenta Pedro Engel que, para interpretar el Horóscopo chino —larga e intensa tarea—, busca leer cuidadosamente en la sutil niebla de la filosofía oriental lo que los astros muestran para cada signo, a través del estudio y la dedicación. Y la intuición, por cierto. El resultado: consejos sorprendentemente acertados que son más que simples guías. Parecen consultorías que alivian, orientan, abren caminos. Doy fe. (Renée Gewölb Mayanz, periodista).
"Buen servicio."