La inteligencia no fue objeto de estudio de la ciencia sino hasta bien entrado el siglo XIX, cuando el grueso de la población comenzó a incorporarse a la vida social, política y económica que siempre había sido naturalizada como propiedad de las elites. La escolarización masiva -incluso (horror!) de las mujeres-, la tecnificación del mundo laboral, la abolición de la esclavitud, el reconocimiento del valor de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre iban prefigurando un mundo nuevo. Sin embargo la idea de que nuestra inteligencia puede ser reemplazada por máquinas o la incógnita por saber si los animales también piensan son cuestiones mucho más antiguas. En este original libro el autor nos propone un apasionante recorrido que incluye una perspectiva crítica sobre las dificultades para definir y descubrir qué es la inteligencia y cómo medirla, cómo se articulan las experiencias humanas y los experimentos de laboratorio, lo racional y lo emocional, la aparición de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías.'