El año del Señor de 1510 no es más que el principio de la extraordinaria vivencia de don Francisco Ignacio de Alonso Quesada y Montoya, hombre de poder y renombre sumido en un mundo plagado de xenofobia, traición y crueldad. Su fe, su reputación y su propia vida se ponen a prueba a manos de un enigmático recién nacido de ojos de luna, hallado a los pies de la muerte una noche de plenilunio, y al que ve crecer como a ningún otro ser humano. El hallazgo de una extraña marca en su cuello será el indicio de una maldición generacional que podría afectar para siempre el destino de la humanidad.