La idea matriz de esta obra atraviesa y justifica el carácter crítico de todo el texto: la inmadurez de la cultura moderna que atestiguan cotidianamente muchos de sus creadores y que se refleja fundamentalmente en la pobreza de sus contenidos. Una afirmación precaria (casi una «premonición»), no exenta de polémica, que el autor intenta argumentar mediante la descripción de los síntomas que la caracterizan según los recorridos por las obras de destacados autores, fundamentalmente de la música y las artes plásticas. «Una Modernidad que quizá no haya sabido digerir con espíritu crítico todas sus experiencias, enamorada de sí mima, egocéntrica y libertina, y por ello las rememora incesantemente y las banaliza hasta límites de ridículo y sonrojo, cual cuarentón bohemio que se niega a envejecer...». Es éste un libro que pretende hurgar en las razones más profundas de los comportamientos de la Modernidad por encima de lo meramente divulgativo. Un compendio de reflexiones que bucean en la Historia para explicar o vislumbrar los caminos del arte hedonista y comercial de nuestro tiempo.