Nunca más el negro, su mano de angustia; nunca más sobre mi este cuerpo oscuro cargado de estrellas -esa corteza lunar que me rasca el alma por un óbolo de luz. Habitar la noche. Esa antología íntima resalta voces diversas, singulares, impulsadas por la misma exigencia, todas explorando el cuerpo profundo de la lengua para sacar de ella corrientes de aire.