Algún día de 1918, unos hombres tostados por el sol, atormentados por la malaria, con sus manos callosas de antiguos campesinos por fin perforaron la cáscara; llegaron al inmenso bolso subterráneo, y entonces brotó hacia el cielo un poderoso chorro negro, oloroso y viscoso. El manantial de betún recayó sobre el suelo, en lluvia fragante y benéfica nunca vista antes. Luego se calmó este aguacero insólito surgiendo no del cielo sino del subsuelo. Entonces los hombres, bañados de una mezcla de sudor y petróleo, advirtieron que mezclado con el crudo, y siendo su primer subproducto, de este abono ·znesperado y de su matrimonio con la tierra árida, había nacido .. una ciudad.