“Siento que este cuento es como una madeja de hilo que se va desenredando en mi memoria”. Alexandra tiene una relación muy especial con su abuela. Cuando la visita, dan paseos por el bosque, se hacen confesiones y comparten un amor por el lenguaje que las lleva a inventar historias y mudos. Pero Alexandra no entiende qué le pasa ahora a la abuela, está cada vez más callada y ya no hace su habitual paseo. A veces olvida dónde dejó sus gafas o dice cosas como “mañana fue sábado”. Según los padres de Alexandra, está sumergiéndose poco a poco en una laguna muy profunda. Una historia sencilla, nostálgica y poética que trata un tema trágico y difícil de aceptar: la enfermedad del Alzheimer.