el autor narra, a modo de testimonio y en el ámbito cristiano, una experiencia singular, que le ha conmocionado por completo hasta el punto de influir como una conversión. manifiesta: “la vivencia produjo en mí una transformación, un cambio de vida, que pasó a ser profundamente religiosa, lo que me llevó, entre otras cosas, a leer las sagradas escrituras con auténtico fervor. entendía lo que nunca había entendido y, al mismo tiempo, encontraba palabras para explicar lo que me había ocurrido”.el testimonio ahonda en unas coordenadas de comprensión de la realidad y en unos parámetros de interpretación de lo existente, según los cuales todo se valora y se mide desde la vida encontrada y vivenciada. por eso el autor habla desde “el país de la vida”, desde una experiencia de plenitud y de felicidad, en la que nada acaba ni mengua y todo crece.a partir de la experiencia sentida, el autor se ve reflejado en el salmo 114,9: “caminaré en presencia del señor, en el país de la vida”