«El Gran Meaulnes» es una de las novelas más fascinantes del siglo XX. Escrita por el francés Alain Fournier (1886-1914), se publicó en 1913, y narra una aventura de amor y de iniciación en que un adolescente, Agustín Meaulnes, busca y descubre la magia de la vida. Impulsado por una irresistible necesidad de ir más allá del aula y de la pensión escolar que encerraban su vida, Meaulnes llega, como en un sueño, a una “heredad perdida” en medio de un bosque, y allí se encuentra con “La extraña fiesta”: un grupo de adolescentes, muchachos y muchachas como él, se han reunido para una celebración de alegría y libertad en la que Meaulnes es acogido, y de la cual participa como en un rito de iniciación. Como culminación de “La extraña fiesta”, el joven se encuentra con Yvonne de Galais, la doncella que espera al unicornio de las fábulas medievales. A partir de este momento, el amor se convierte en la clave del relato: Meaulnes vivirá para buscar el camino de regreso a la “heredad perdida” y a Yvonne de Galais, y sobre todo a “La extraña fiesta” que dio sentido pleno a su vida. La historia es una manifestación única del romanticismo realista y del realismo romántico que recorren la literatura francesa del siglo XIX, hasta llegar al fastuoso “fin de siglo” europeo, la “belle époque” que fue tronchada atrozmente por la Primera Guerra Mundial, durante la cual murió en combate el teniente Alain Fournier, de 27 años de edad, dejando tras de sí una obra tan exigua como inolvidable, en cuyo centro permanece «El Gran Meaulnes». —Emilio de Armas