Pese a ser muy diferentes desde la infancia y llevar vidas muy dispares en la actualidad, las hermanas Frances y Cynthia han logrado seguir «unidas», siempre y cuando cada una esté a buena distancia de la otra. Sin embargo, con el «casual» encuentro con su anciano padre, alejado de ellas desde hace tiempo, vuelven a reunirse en casa de Frances para celebrar el día de Acción de Gracias, en una forzada convivencia que despierta antiguas rivalidades y desconfianzas. Para Frances solo constituye la esperada y convencional celebración. En cambio, para Cynthia es la ocasión de reavivar viejos e inquietantes sucesos, incluida la sospecha sobre las circunstancias que rodearon la muerte de su madre veinticinco años atrás. Para su mayor desazón, está realizando una investigación literaria sobre las hijas de Mark Twain, cuyas vidas considera un reflejo de la suya y de la de Frances. A menudo las familias intentan permanecer juntas cuando les iría mejor estar separadas. Así parece demostrarlo el sobrecogedor final de esta historia.