Una fábula sobre la felicidad y el amor, sobre lo que hacemos para merecerlos o para perderlos irremisiblemente. Su primera novela en ver la luz ha sido El buen alcalde, en cuya escritura invirtió dieciocho meses de viajes en tren a su trabajo en Edimburgo y de vuelta a casa. Ha sido traducida a numerosos idiomas y ha merecido el premio de la Saltire Society al mejor debut literario del año 2008.