El anticristo constituye la más dura e implacable crítica jamás lanzada, no ya contra la «buena nueva» de Jesús, sino contra la manipulación que de la figura y del mensaje de este hizo, según Nietzsche, la Iglesia católica y, en concreto san Pablo. El autor expone lo que para él fue la actitud vital genuina de Cristo, y desenmascara la doctrina que, históricamente, le atribuyó un estamento sacerdotal movido por el odio, el rencor y el resentimiento.
"Nietzsche hace una crítica feroz al cristianismo, pero no a la persona de Jesús. Es un libro difícil de leer con una visión bastante filosófica. Las primeras hojas escritas por Enrique López Castellón hace una crítica muy fuerte a este libro, pero me impulsó aún más a leerlo."