El encuentro con sobrecogedoras impresiones arquetípicas puede conducir a la transformación de lo real pero también puede impedirla. Son las dos caras del mito. De un lado el mágico poder de producir lo real; del otro la confianza en la simple ilusión. Cuando el hombre se siente inseguro pensaba Jung las fuerzas celestiales se le aproximan. Cuando el hombre se siente seguro cabría suponer las fuerzas celestiales se alejan. Pero es difícil saber hasta qué punto el hombre puede sentirse seguro sin recurrir a los ídolos o los dioses. Después de profanar los viejos altares los arquitectos de la Revolución Francesa levantaron nuevos altares a la diosa Razón. Pero no tuvieron que inventarlos pues los viejos edificios sagrados las pirámides y el Panteón les sirvieron para este propósito. Del mismo modo después de que los objetos redondos y luminosos desaparecieran del cielo algunos arquitectos sintieron la necesidad de proyectar objetos semejantes sobre la tierra. Tienen aspecto