En mayo de 1880, Édouard Manet viaja a la cl¡nica Materne, cerca de la costa oeste de Francia, para tratar la enfermedad circulatoria queparalizaba poco a poco sus piernas. Tres a¤os, varios ingresos, unagangrena y una amputaci¢n m s tarde, el pintor, figura clave en losinicios del impresionismo, fallec¡a en su casa de Par¡s. Pero hastaentonces sigui¢ capturando incansablemente su mundo en bocetos, enpinturas al ¢leo y al pastel? y en un diario personal. Este diario.En El cuaderno perdido de Édouard Manet, la novelista Maureen Gibbon, una de las mayores conocedoras de la vida y obra delartista, imagina un diario privado escrito entre abril de 1880 y marzo de 1883. Un diario en el que Manet confiesa ?primero con timidez yorgullo herido, con frustraci¢n y pena conforme se le agotan lasp ginas y los d¡as? sus miedos y sus anhelos como artistaincomprendido, como amante pasional y tambin, muy a su pesar, comoenfermo que se aproxima a la muerte. El diario es, por encima de todo, un testimonio de una manera de ver el mundo £nica: delicada,fant stica e incre¡blemente sensorial, impresionista por naturaleza.Una historia sobre la vida, la muerte y el arte como £nico refugioposible frente a ellas.