En esta obra, Carlos Herrera recoge esa sabiduría viva, en la que el destello de la ironía se entrelaza con el de la poesía, y nos conduce a un mundo desconcertante y lleno de significación. La originalidad de esta novela y la brillantez de su realización confirman a su autor como uno de los escritores más valiosos de la nueva narrativa latinoamericana.