Muchas personas sufren por su orientación homosexual o por la reacción de su entorno. Mientras parte de nuestra sociedad sigue dudando si clasificar o no esta sexualidad como una alteración, otra parte acepta de buena fe los postulados de los grupos activistas homosexuales. Apoyan, incluso, leyes que asumen como cierto que es simplemente una cuestión innata o de elección personal equiparable a la heterosexua