“Nosotros no hemos hecho ningún acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no hemos aceptado ninguna imposición de ningún centro de poder económico mundial; hemos aplicado nuestras medicinas, nuestros métodos; no hemos congelado salarios, todo lo contrario; no hemos dejado de pagar la deuda interna, hemos comenzado a pagarla: que si las pensiones a los viejitos, que si los incrementos a los trabajadores, deudas acumuladas hace mucho tiempo; no hemos recortado el gasto público, todo lo contrario: hemos duplicado el presupuesto de la educación, hemos duplicado el presupuesto de la salud, hemos triplicado los presupuestos de inversión en obras públicas: viviendas, carreteras, autopistas, etc. (...) Hay una economía en crecimiento, de los más altos del continente. Y no por el petróleo. Este año el precio del petróleo se vino abajo y recortamos la producción en tres oportunidades. Sin embargo la construcción creció 16%, la minería un 6%, la venta de automóviles ? lo cual significa que la clase media está recuperando el poder adquisitivo? se incrementó más de un 40%; las inversiones internacionales aumentaron más del 30%; las reservas internacionales, incluyendo el ahorro de fondo de estabilización macroeconómico, están en diecinueve mil y tantos millones de dólares, muy por encima de lo que nuestra economía y su tamaño exigen. La inflación, que fue un diablo suelto aquí durante veinte años, ha venido cayendo de más del 30% al 20%, y 2001 terminará cerca del 13%. (...) El desempleo bajó: la última medición es del 13,2 %”.